sábado, febrero 09, 2008

Sobre López



Por Jaime Sánchez Susarrey

1. AMLO no está muerto ni enterrado. Quien así lo considere se equivoca. No es lo mismo estar noqueado que definitivamente eliminado. El señor López sigue arriba del ring en espera de la revancha. Su influjo en el PRD se mantiene. Nueva Izquierda, la corriente de Jesús Ortega, le teme. Y no le falta razón. El último incidente con Ruth Zavaleta lo muestra de cuerpo entero. Su desparpajo no es nuevo. Y como el "cállate, Chachalaca", durante la campaña presidencial, le costará caro. Pero más allá de esa evaluación, "el Presidente legítimo" conserva su fuerza. La competencia cerrada entre Jesús Ortega y Alejandro Encinas lo confirma. Hay Peje para rato. Más le vale al gobierno de Calderón y al resto de las corrientes políticas tenerlo presente. Minimizarlo sería un grave error.

2. Sin duda está haciendo hasta lo imposible por levantarse de la lona. Ahí está su reciente carta a los medios electrónicos. Cree que la oportunidad es única, por eso esgrime el petate del muerto: si Pemex se privatiza, se cancelará la vía pacífica del cambio. El despropósito es mayor. Primero, porque nadie está proponiendo la privatización de la empresa. El gobierno federal ya la descartó. Beltrones, por su parte, negó cualquier cambio constitucional. Segundo, el señor López carece de autoridad moral para solicitar la apertura de los medios electrónicos. Su desprecio por los debates en el 2006 fue más que evidente. Tercero, hipoteca una vez más su credibilidad y sus cartas democráticas: las decisiones de la mayoría en la Cámara de Diputados no pueden ser impugnadas por una minoría mediante amenazas violentas.

3. A confesión de parte, relevo de pruebas. La anécdota es cierta. A Pemex, dijo, hay que salvarlo desde la Presidencia. No hay otra forma. Soy yo o el caos. En esa gesta no caben las medias tintas. Es todo o nada. La historia se repite. Sólo la derrota del adversario confirmaba la legitimidad del proceso electoral. Ahora, frente al Presidente espurio sólo la resistencia tiene sentido. No importa que dure dos, tres o seis años. Lo otro es colaboracionismo puro. La transa fortalece al enemigo. Más vale una colorada que 100 descoloridas. Quien no lo entiende así es un traidor. Si en ese proceso Pemex quiebra y se hunde es secundario. Puede ser incluso indispensable. Lo importante es alcanzar la Presidencia. De ahí la andanada contra Jesús Ortega y Nueva Izquierda. Desde el púlpito mayor AMLO lanza rayos y centellas. Su fuego purificador es el mismo que anunció durante su campaña a la Presidencia.

4. La estrategia tiene un primer objetivo: dinamitar los puentes del PRD con el PAN y el PRI en el Congreso. La reciente reforma electoral y otros hechos encendieron los focos rojos. Nueva Izquierda lo desafió. Ruth Zavaleta lo traicionó. Leonel Godoy le entregó la plaza al gobierno federal. El agravio es mayor. El nuevo gobernador de Michoacán no sólo dijo que no se podía gobernar sin el apoyo del presidente de la República, sino que además invitó a Felipe Calderón a su toma de posesión. La andanada contra los reformistas debe ser total. Ya la puso en operación a finales del año pasado. La línea era muy clara: Genaro Góngora presidente del IFE o nada. Fue lo mismo que hizo Pablo Gómez en el 2003. La sentencia es inapelable: el nuevo consejo carecerá de nuevo de credibilidad y legitimidad. Lo anterior vale para la reforma energética a pie juntillas. La galvanización del PRD debe ser total. Patria o muerte, ésa es la consigna.

5. El segundo objetivo es romper la reforma misma. No hay que olvidar que López tiene una ascendencia moral e ideológica sobre importantes corrientes del PRI. Es seguro que ni Manlio Fabio Beltrones ni Emilio Gamboa comparten sus obsesiones. Pero ambos tienen pavor de figurar en la picota del rayito de esperanza. En el caso de Beatriz Paredes hay, además, afinidades electivas. Por encima del miedo y del cálculo costo-beneficio existe simpatía por los viejos dogmas del estatismo y el populismo. Los efectos de la estrategia del Peje están a la vista. En materia fiscal no se fue más allá porque el tema del IVA en medicinas y alimentos se había politizado. Ése es el contexto de las recientes declaraciones del senador Beltrones: no habrá modificación constitucional. Sin embargo no existe ninguna garantía de que ese seguro abra un debate serio e informado sobre la reforma energética. AMLO juega en otras canchas.

6. No es la primera vez que López miente ni será la última. Le mintió al ingeniero Cárdenas cuando le juró lealtad. Faltó a la verdad al deslindarse de René Bejarano y Gustavo Ponce. Manipuló el amparo del predio El Encino para autovictimarse. Falseó las encuestas al afirmar que llevaba 10 puntos de ventaja en el 2006. Calumnió a Calderón en el debate. Engañó a todos la noche del 2 de julio al proclamar su victoria por 500 mil votos. Diseñó un mecanismo para modular el flujo de información el 5 de julio y aparentar que los resultados le eran favorables durante todo ese día. ¿Qué de extraño tiene, entonces, que esté fabricando ahora un gran molino de viento y difunda a diestra y siniestra el complot para privatizar Pemex? Si el gobierno de Calderón y Manlio Fabio Beltrones creen que están frente a un debate serio y racional se equivocan rotundamente. El objetivo es provocar pánico e histeria para encarecer los costos de cualquier reforma energética. Nada más.

7. ¿Vale señalar lo evidente? López no se hace cargo de la realidad. Me explico. Los precios del petróleo están por las nubes, pero la producción de Pemex está declinando de manera muy acelerada. Dentro de cinco años podríamos estar importando crudo. Pero además, los ingresos del gobierno federal están petrolizados. No se puede, en consecuencia, invertir más recursos en exploración y perforación sin afectar las partidas que se destinan a áreas como salud y educación. El tiempo apremia. Si la reforma no soluciona el problema de manera adecuada, el gobierno de Calderón enfrentará una situación en extremo delicada en unos cuantos años, por no decir meses. ¿Lo entiende López? Me corrijo. Por supuesto que sí. Y a eso es, justamente, a lo que le apuesta. Él sabe que la única manera de regresar victorioso a la escena política es en medio del caos. Su discurso se sintetizaría entonces en una sola frase: "se los dije".

8. La estrategia va. En el interior del PRD la disputa está ya en quién levanta la voz más fuerte y en forma más airada para defender el... petróleo. Así que Dios guarde la hora. Porque el contagio puede ser inmediato y convertirse en unas cuantas semanas en epidemia.

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